Una instalación de a pie,
Sin monumentalidades o grandes edificaciones
ConNombres y recuerdos a escala humana
De Los que admiramos y los que nos duelen
Con Los ingredientes de nuestras casas y cementerios
A la mano de quien quiera recorrerla y ser parte
Son 113 trajineras
Que vienen de tiempos muy distantes
A traer desde el pasado prehispánico sus viandas
A circular por canales invisibles
Por la añoranza de una ciudad que floreció en el agua
Trajineras que llegaron hasta el centro
Ataviadas de colores, luces y al calor de quienes llegan
Para que el agua cante desde los que vengan
Desde esos Rios de gente que las moverán con sus palabras
Con su Energía que será un océano de recuerdos
Trajineras para confluir y apropiarse de se su canto
Como en la mesa de su casa
Invitando a escribir, llorar, cantar y susurrar
Sus Nombres y apellidos,
Sus palabras, fotos u objetos mas cercanos
Vehículos confinados a los bordes de la ciudad y de la historia
Que hoy retoman el primer cuadro
La gran plaza las recibe con la poderosa fiesta
Que una cultura ha sabido conducir con o sin agua
Con o sin luz durante siglos y a lo largo de un país
Donde lo cíclico y lo lúdico
Donde la naturaleza y sus ritos naturales
Cantados desde el agua y bien resumidos por sus dioses
Se han decantado hasta nosotros y
Hoy vienen en trajinera a circular con un deseo
El de Animar la muerte con la vida
Y el de reanimar la vida con el canto del agua que sólo fluye en la memoria
Mega Ofrenda en el Zocalo de la Ciudad
de México, que consto de 113 trajineras
iluminadas, cada una con un altar y una
dedicatoria.